miércoles, 8 de junio de 2011

Después del 5 de junio de 2011

Después de una insana campaña electoral, sobre todo en su segunda vuelta el pasado domingo 5 de junio, donde midieron sus niveles de rechazo social los dos candidatos que mayor irritación producían en la sociedad, los peruanos expresaron una clara voluntad.
El resultado de la consulta generó un profundo silencio (a excepción de los primeros e incondicionales simpatizantes de Humala) como si hubiéramos despertado de una orgiástica noche de terror.
El por qué de que estos dos candidatos, tan extraños para cualquier otra sociedad, fueran los que elegimos para nuestra futura gestión deberá ser analizado por cualificados psico-sociólogos.
A priori podríamos colegir que nuestra sociedad, en sus casi 200 años de independencia, aún no ha logrado aceptar y digerir nuestras diferencias socio-culturales, impidiendo la integración en la economía moderna de todos los estratos sociales del Perú, quizás, esto sea el fruto de un mal entendimiento de las siguientes correlaciones:
·         Desarrollo económico vs exclusión socio económica.
·         Espíritu de superación vs solidaridad social.
·         Apoyo social vs dependencia social.
·         Democracia vs tourné electoral quinquenal.
Desde esta tribuna, se propuso animar a todos los que no habíamos votado por ninguno de los dos candidatos a apostar por una opción de rechazo. Pero, más pudieron los ruidos del terror, la desmoralización y el ensordecimiento del electorado, lo que licuó el 44% que no habían votado por ninguno de ellos a que decidieran su voto en contra de uno de ellos.
Hemos comprobado que, a pesar de ser ésta una de las elecciones que más rechazo ha causado en la sociedad, tan sólo se ha traducido en un 5% de rechazo (800.000 votos); y lo más sorprendente, que este rechazo haya sido incluso 2 puntos inferior al obtenido en las elecciones de 2006.
A partir del 28 de julio, por voluntad popular y mayoritaria, el Sr. Humala será nuestro Presidente. Las expectativas puestas en él son enormes, pues se enfrenta tanto a su electorado, que le votara con la ilusión de una radical reivindicación social y económica que nuestro país arrastra en siglos, como a la desconfianza de los que estuvieron frontalmente en su contra desde un inicio.
Sólo los próximos 12 meses nos darán una somera idea de cuáles serán las líneas maestras por la que, el Sr. Humala, desarrollará su gobierno, con la esperanza de que éstas sean permanentes, duraderas y beneficiosas para el Perú en los próximos cinco años.
Todos sabemos la importancia de la inversión extrajera, la cual necesita reglas claras y permanentes; pero a la misma vez, sabemos que la deuda del Estado con nuestra sociedad es enorme, partiendo desde las nuevas y urgentes infraestructuras, pasando por una moderna educación, sanidad, y llegando hasta las candentes políticas de inclusión social.
Su trabajo es sinceramente titánico y hoy todos los peruanos debemos ser conscientes del apoyo que nuestro nuevo gobierno necesita, puesto que su descalabro fracturaría irremediablemente al Perú.
Y aunque hayamos tenido la suerte de haber elegido un gran gestor de las cuentas públicas y un sincero integrador social, nada de esto tendrá un largo recorrido si no logramos revisar seriamente nuestro sistema electoral y de partidos políticos, haciéndolo más moderno y efectivo que el que tenemos.
Para ello, no necesitamos reinventar la rueda, sabemos que existen sociedades que han logrado perfeccionar sus sistemas de participación, permitiéndoles expresarse fluidamente a través de sus sistemas democráticos, lo que se reflejan en todas sus organizaciones públicas.
Hacia enero de 2011, la Universidad de Zürich y la Social Science Research Center Berlin (WZB) publicó un barómetro de sensibilidad democrática (http://www.presseportal.ch/de/pm/100020780/?langid=2) para lo cual han usado como muestra las treinta mejores democracias en el mundo, siendo las siete mejor valoradas: Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Islandia, Suecia, Noruega y Canadá; a la fecha está en elaboración un nuevo estudio que incluirá el efecto de la crisis financiera mundial y la capacidad de respuesta de estos sistemas, esperaremos a ver su resultado.
En definitiva, que nosotros como peruanos, sin tratar de parecernos a los países nórdicos por su evolución cultural y su alto nivel educativo, debemos animar a nuestros legisladores, universidades nacionales de prestigio y centros de investigación sociológicos, a invertir su tiempo en realizar un serio estudio conjunto y concluyente que plantee las bases de un nuevo sistema de participación social que provoque que nuestra incipiente democracia se consolide como un sistema serio, fuerte, efectivo y duradero de participación y que evite tener que reinventarse cada cinco años con el consecuente descrédito del propio sistema.
La democracia es desarrollo, pero debemos perfeccionarla y hacerla pan nuestro de cada día.  Debe ser un sistema sensible a las verdaderas preocupaciones ciudadanas y no ser estelas toxicas de mesianismos quinquenales, en caso contrario será presa fácil de nuevas dictaduras.
Esta página ha llegado a su fin, con la esperanza que nunca más sea necesaria su reedición; sino que por el contrario, esperamos que sea eclipsada en el tiempo por niveles superiores de preocupación ciudadana.

viernes, 3 de junio de 2011

Las cartas sobre la mesa

“Quien no sueña, ha muerto”, es una expresión en el que todos estamos de acuerdo; pero, durante estos últimos 5 meses hemos vivido 155 días de desconcierto, con los últimos 55 días más terroríficos que puede generarse en una campaña electoral.
Es lamentable ver cómo un par de pseudo – líderes han provocado el odio entre los peruanos, y ninguno se haya dignado en provocar lo esencial, que hubiera sido generar confianza hacia su persona, por algo será.
Estos candidatos populistas, a pesar de haber invertido no menos de 4 millones de dólares (en efectivo) a sus respectivas campañas, no han logrado convencer a los peruanos, pero si han despertado el miedo y el terror.
Hoy, a los que aún nos queda un poco de cordura, en este maremágnum apocalíptico, tenemos que sacar a relucir nuestro sentido común y dejar claro que no nos convencen, que cualquiera sea el resultado:
·         El Perú seguirá desarrollándose económicamente, con algunos maquillajes superficiales.
·         El Perú no será invadido por ningún país vecino.
·         Seguiremos soportando en el panorama político a los mismos personajillos ineficientes que hasta ahora hemos visto.
·         Seguirán los desfalcos, las medidas populistas, el mangoneo a los medios de comunicación.
·         La Bolsa de Lima seguirá dando tumbos, pero que como cualquier Bolsa en el mundo, ésta no refleja la economía de un país, sino su estado puntual y circunstancial.
Entonces, ¿para que provocaron tanto alboroto?; simplemente para reubicarse en el poder, buscando el ansiado apoyo social, de esta manera pueden negociar sus intereses personales y de grupo.
Nosotros, para ellos, somos la tropa reflejada en insignificantes dígitos de sus estadísticas sobre la que negociarán sus cartas sobre la mesa.
Todos sabemos que el desarrollo que ha experimentado el Perú los últimos veinte años, se han debido básicamente a dos factores:
1.       A una clara y duradera política económica, que ninguno de los caudillos populistas la va a cambiar.
2.       A la carambola del destino, que nos han hecho vivir unos años de inigualable crecimiento de precios de nuestras materias primas en el mercado mundial.
Si el punto 2º cae, por la evolución de los mercados o porque China deja de comprar materias primas para su desarrollo, el punto 1º se desestabiliza, y entonces ahí si sentiremos el resoplido de los lobos en nuestras nucas.
Este blog está llegando a su fin, pero antes de despedirse y enfrentarnos mañana a defender nuestro futuro con honestidad y sin miedos, hemos de recordar las palabras de Simón Bolívar hace 187 años en la batalla de Ayacucho, quién con un puñado de desarrapados pero muy corajudos soldados peruanos se envalentonaron a su arenga: “Peruanos, vais a completar la obra más grande que el cielo ha podido encargar a los hombres…. El Perú y la América entera aguardan de vosotros la PAZ, hija de la victoria ¡Vosotros sois invencibles”.
Compatriotas, es hora de demostrar nuestra madurez política y rechazar frontalmente este magno engaño, mañana domingo, sin miedo y sin temores emitiremos nuestro voto democrático y masivo; ¡VOTO VICIADO YA!

Decide tu voto

Estamos a pocas horas de definir nuestro futuro como Nación, para los próximos cinco años; sin embargo, aún queda muchos compatriotas que, después de interminables cinco meses de propaganda electoral, aún viven el desconcierto de una decisión personal.
Aquí adjuntamos un pequeño esquema, que bien puede orientarles a simplificar su voto responsable:

miércoles, 1 de junio de 2011

¿Nuevos celadores de la Constitución?

El pasado lunes 30 de mayo, destacadas personalidades peruanas (MVLL, Francisco Miró Quesada, etc.) así como instituciones de prestigio (Pontificia Univ. Católica, Asoc. Pro Derechos Humanos, …) firmaron el documento: “Frente a la segunda vuelta electoral y el desempeño del próximo gobierno nacional” con el que se comprometen los firmantes a “vigilar la institucionalidad democrática y la lucha contra la corrupción durante el próximo gobierno”.
A primera vista pareciera un hecho importante, loable y de relevancia ante el proceso electoral que tenemos  el próximo domingo 5 de junio; la pregunta que se haría cualquier demócrata de una sociedad occidental sería “¿es esto, necesario?”; pues en el Perú de estos días, sí; a pesar de estar inmerso, en un entorno de derecho democrático constitucional, es necesario; por la sencilla razón de que nuestros actuales candidatos (dada la carambola electoral) no son dignos de confianza, ni siquiera, para los personajes públicos que han mostrado su voluntad de votar por ellos; ¡esto es irrisorio!.
Estamos seguros que esto puede causar tanta gracia y lo podríamos leer como: “yo te apoyo, pero no me fío de ti”, y para ello no basta la Constitución, ni las leyes del Estado, sino que además se recurre a un documento público (por cierto, sin refrendo notarial) hecho ante los medios de comunicación, para decirnos que ellos (los firmantes) serán los vigilantes y guardianes de los posibles desmanes, que tanto al Sr. Humala como a la Sra. Fujimori, se les pueda ocurrir cometer; vamos, un sencillo papelito de un “por si acaso”.
Ante ello nos surgen las siguientes dudas:
1.       ¿Para qué sirve la Constitución, el Poder Judicial, los Órganos de Control?, si al final un grupo de bien intencionados personajes públicos se autodenominan guachimanes del próximo gobernante y de sus aguerridos equipos preparados para asaltar el poder.
2.       Si este par de candidatos quieren de verdad hacer cumplir la legalidad vigente de nuestro renaciente Estado de Derecho, ¿no deberían haber sido ellos mismos, de mutuo propio, los llamados a buscar un acuerdo de mínimos en defensa de la legalidad?; y para evitar suspicacias, ¿hacer partícipes testigos y vigilantes, de la voluntad firmada, a los demás movimientos políticos?
3.       Los candidatos actuales, ¿tienen algún compromiso en firme, con la Constitución y las leyes, además de su tan cacareada palabra de honor?
4.        Han tenido cinco largos meses para ponerse a trabajar por El Perú, ¿no pensaron que quizás era bueno buscar un mínimo de consenso entre ellos, en vez de avivar el odio entre los peruanos?
¿Saben qué?; mal empezamos, ellos nos están engañando, nos toman el pelo como si fuéramos tontos, creen que un flash en la TV y otros medios es suficiente para que no nos escapemos de su redil.
El documento firmado el pasado lunes 30 de mayo no es vinculante ni a Humala ni a Fujimori.
¿Qué pasará cuando cualquiera de ambos decida romper las reglas de juego, aduciendo que lo hacen en nombre del pueblo, del Perú, por los pobres sin pan, o “por el Espíritu Santo”?.
Los peruanos de buena voluntad, podríamos optar por:
·         ¿La resignación?
·         ¿La revuelta callejera?
·         ¿Las redes sociales?
·         ¿Qué otro país venga a salvarnos?
·         ¿O que, El Señor de los Milagros los juzgue desde su Divinidad?
Nada de esto sucederá, absolutamente nada; y en todo caso, de suceder, viviremos un inestable clima social, revueltas callejeras, vandalismo, muchos jóvenes detenidos y sangre, mucha sangre.
Por eso, antes que suceda todo este cúmulo de males, es momento de decidir sin odio, sin violencia y sin soberbia, un rotundo NO.
No debemos aceptar el atropello que están cocinando ambos candidatos, no debemos avalar el odio que estos caudillos han promovido entre peruanos, entre nuestros amigos y familiares.
Por eso la necesidad de animarnos entre todos los que no  les votamos en la primera vuelta electoral y viciemos nuestro voto; es momento de darles un portazo en las narices por tanta desfachatez.
Esta vez nos urge hacer notar nuestra legítima voluntad, bajo el amparo de la ley electoral; este domingo 5  de junio VOTAR VICIADO es votar por el futuro de nuestro país, de nuestras familias y de nuestros hijos.

lunes, 30 de mayo de 2011

El ofertón del cebo de culebra

Tal como escribiéramos en un artículo anterior sobre el travestismo de nuestros candidatos peruanos, éste se ha vuelto a producir. La presión mediática y sus ambiciones palaciegas les ha llevado a convertirse en seres siameses, disímiles sólo en su concepción biológica.
Los que hemos tenido la paciencia de ver el último debate entre ambos candidatos el pasado domingo 29 de mayo, esperando ver un valor diferenciador que nos indique la opción por la que podríamos desistir de nuestro voto viciado o definir nuestra opción (para los que aún no lo tienen claro), nos ha reconfirmado a unos y vuelto a dejar en el eterno limbo a otros.
 El debate se ha desarrollado en tal armonía de planteamientos, que todo parece haber sido hecho para no perder los votos que tanto esfuerzo económico les ha costado tras la primera vuelta electoral, acercando nuevos votantes gracias a su campaña de temor o de su visceral rechazo al adversario; sin embargo la incertidumbre aún subsiste a cinco días de las elecciones.
La primera conclusión es que ambos candidatos nos ofrecen lo mismo; esto es, mantener el desarrollo económico del país, con inclusión social (expresión de moda), apoyo económico a los mayores de 65 años, mejora de las infraestructuras, más hospitales, mejor educación, becas y puestos de trabajo para los más jóvenes, lucha contra la corrupción (mensaje sorprendente por ambos candidatos), más policía, respeto a la Constitución del ’93, respeto a los cinco años de gobierno; en fin, todo eso y mucho mas; esto es casi como que si votamos por cualquiera de ellos el resultado sería igual y además que a partir del 28 de julio de este año todos los peruanos llegaremos al verdadero karma socio-económico y viviremos en un zen divino y permanente por la conjunción astral de Humala-Fujimori.
Y como colofón de película de romance empalagoso, ambos se comprometen a invitarse mutuamente a tener una charla “para ver qué se puede hacer por el Perú a partir del próximo lunes 6 de mayo”; ¡por favor!, ¿qué más podemos pedir?; creo que sólo nos quedaría optar por no votarles y ver qué se les ocurre en una circunstancia no prevista.
Los peruanos hemos logrado hacer que los candidatos intuyan o sospechen lo que tangencialmente deseamos, tanto es así que en este baile verbal han cuidado mucho las formas, logrando no romper siquiera un fino cristal de sus diferencias; ojalá sus huestes de militantes, simpatizantes y simpatizantes – independientes (esto último gusta a much@s, es parte de nuestra idiosincrasia) se comportaran igual con los que no veneran a sus idolatrados caudillos.
Sin embargo después de tanta buena voluntad, aún subsisten estas preguntas:
·         Si ambos candidatos están dispuestos a darlo todo por el País, ¿por qué no han firmado un pacto de mínimos democráticos entre todos los dirigentes que ahora se han plegado a apoyarlos “desinteresadamente”?.
·         Si tanto detestan la corrupción y desean una interacción ciudadana, ¿por qué no se comprometen a sancionar una nueva ley de partidos entre todos “Movimientos Democráticos” donde queden claramente establecidas las formas de participación y sanción a los dirigentes y así evitarnos elecciones de caudillos cada cinco años?
·         Si creen en la participación y capacidad ciudadana, ¿por qué no buscan un consenso de descentralización efectiva de las regiones y municipios transfiriéndoles el poder político y económico en un plazo no mayor de cinco años?
Esta es la razón por la que después de seis largos meses de ensordecedora campaña electoral por todos los medios conocidos, a estas alturas aún exista un alto porcentaje de ciudadanos que no tengan claro su intención de voto.
Nuevamente ellos nos han demostrado su baja calidad cuando después de madrugadoras “negociaciones”  han logrado pactar apoyos para auparse en el poder. Nuevamente entre ellos nos volverán a hacer un corralito para los próximos cinco años convencidos de nuestro desconcierto e incapacidad de reacción mayoritaria.
Por estos motivos, es urgente animar a todos los que sabemos que ellos no nos representan a dictaminar con un rotundo NO en la urnas; consolidar nuestros 25% o 30% de votos firmes de quienes no les creemos, porque sabemos que sus mensajes son simple marketing publicitario y nos quieren engañar con su burdo cebo de culebra; ha llegado el momento de votar sin temor, demostrarnos que somos mejor que este par de candidatos y que el Perú puede salir adelante sin ellos; con honestidad y sin temor,  ¡Voto Viciado Ya!.

jueves, 19 de mayo de 2011

España sin Voto Viciado

Era de esperar que en algún momento la sociedad española, principalmente a través de su juventud, dijera un fuerte ¡BASTA YA!, por el atropello que sufre desde que hace dos años y medio en que estallara la crisis financiera mundial y que se cebara con una enorme masa de desempleados (20%), dejando para su historia el sueño del pleno empleo (acarició un 7,5%).
Los jóvenes españoles, siguiendo el ejemplo de resistencia y desmoronamiento de las sempiternas dictaduras de los países árabes, utilizan las modernas redes sociales (blogs, facebook, twiteer, e-mails) para canalizar su malestar, nadie los dirige, nadie los manipula, lo que se venía rumiando en años hoy a explotado, los jóvenes han coincidido que aunque España goza de un moderno sistema democrático no canaliza su verdadero sentir.
El próximo domingo se realizará los comicios en todos los ayuntamientos y en algunas Regiones Autónomas españolas, y aunque estamos a pocas horas de esta fiesta democrática, el movimiento juvenil y espontáneo del 15-M (por el pasado domingo, fecha que acordaron realizar una manifestación de rechazo en la céntrica Puerta del Sol en Madrid) nacido en las redes 2.0, ha  irrumpido con ilusión y desafío las calles y plazas españolas, canalizando el verdadero malestar ciudadano.
 Páginas webs como Democracia Real Ya (http://democraciarealya.es/?page_id=264), han sido colapsadas por visitantes y se han generando nuevas bajo el mismo espíritu (http://blogs.elpais.com/trending-topics/2011/05/los-virales-de-spanishrevolution.html), el del hastío e indignación que siente la población ante la pésima gestión de la crisis de todos los gobernantes, incluso los que calientan motores en la oposición, tenía que expresarse.
A estas horas, aún no existe un manifiesto oficial del alcance que este movimiento sin líderes mediáticos pueda mostrar, lo que sí existe es la unanimidad de una revisión del sistema democrático para dotarle de una mayor apertura al sentir de las mayorías a través de la elección directa de sus dirigentes.
El centro derecha español del PP no ha tardado en expresar su malestar, porque dicen que esto afecta las encuestas que lo señalan como ganador para las elecciones próximo domingo 22 de mayo; el centro izquierda del PSOE, en el poder, reconoce su identificación con este movimiento, con la torpe maniobra de canalizar para sí este movimiento de indignación.
¡Qué gran error!, toda la clase política española, desde las izquierdas unidas hasta los fascistas, pasando por los grandes PSOE y PP, no han entendido que utilizar la política como lo han venido haciendo, hasta ahora no era sensible al sentir de las mayorías y era natural que en algún momento este desaguisado explotara.
Este domingo 22 de mayo España elegirá a sus representantes locales, pero, no tienen por dónde expresar su malestar, no existe la opción legal de viciar su voto, que sin duda alguna, sería la expresión mayoritaria del hartazgo. Esta democracia no es suficientemente participativa y provoca una especie de clientelismo asfixiante que muchos ya no quieren vivir.
El Perú tiene el próximo 5 de junio sus elecciones presidenciales, y una gran mayoría aún no tiene claro su elección, porque sus caudillos - candidatos no representan su verdadero sentir, aún no es tarde para parar a toda la clase política peruana y pedir una reforma en serio de nuestro sistema, que fomente la creación de partidos con amplia participación y representación y no volvamos a vivir este remedo democrático.
El Perú tiene la ventana legal y la suerte de ejercer el VOTO VICIADO, nosotros podemos obligar a todos los políticos a tomarse en serio el futuro de nuestras familias y de nuestras vidas; pero tenemos que decirlo ¡YA!, votar por FUJIMORI o HUMALA es vivir el continuismo de la pestilencia política no representativa, ninguno se comprometerá a cambiar este sistema abusivo de elección de caudillos, que les favorece y no nos representa.
Está en nuestras manos y en nuestros votos la llave para cambiar el rumbo de nuestra triste historia de desencuentros.

miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Para qué sirve el derrotismo?

El problema de nuestro presente es que hemos sembrado mal nuestro pasado.
Todas las personas soñamos con un sistema diferente, más justo, solidario y de desarrollo económico.
Las sociedades que han logrado un alto nivel de desarrollo no lo han conseguido por la divina gracia de sus dirigentes, sino que ellos son la expresión natural de su sociedad.
El encumbramiento de estos líderes en las sociedades altamente desarrolladas está provocado por la exigencia que éstas transmiten a sus líderes y por que ellos estén dispuestos a llevar a cabo los cambios, asumiendo el riesgo de su repudio y  la presión que la sociedad demanda.
Una característica importante en estas sociedades, es la aceptación y cuidado que éstas toman en el fomento de su individualidad, esto es el ánimo que ponen las familias en la educación de sus hijos para que ellos se esfuercen en el logro de sus objetivos personales, mediante la autodisciplina y la fortaleza de su autoestima.
Estas sociedades en su larga trayectoria, sembrada de fracasos, sangre y supervivencia de sus pueblos, se basa justamente en la preservación de la voluntad del individuo y del desarrollo moral y económico de los suyos, promoviendo su participación activa desde sus organizaciones locales hasta las nacionales.
 Uno de los problemas de nuestra incipiente democracia peruana, es que aún no hemos logrado aceptarnos en nuestra diversidad y no hemos universalizado nuestros derechos de autorrealización al que tenemos derecho como seres humanos y que el Estado debe proteger y fomentar.
Esto podría parecer a priori, inalcanzable en el Perú, el problema no radica en que no seamos conscientes de ello, sino en dejarnos avasallar por la presión mediática del poder, que provoca el aturdimiento de nuestro sentir mayoritario, para evitar así el fin de su mediocridad.
La conocida táctica de la desmoralización del enemigo, es la usada por Fujimori y Humala, fomentando el derrotismo del 44% de la población que no los acepta, sabiéndose seguros que muchos sucumbirán a su alta presión mediática, promueven como única opción la de la resignación colectiva.
El alto endeudamiento de campaña electoral que registran Humala y Fujimori, los anima en una guerra encarnizada para llegar cuanto antes al poder y así saldar sus deudas.
Por eso es importante no dejarnos socavar la moral, es importante promover la autoconfianza entre los nuestros y plantar cara a su mediocridad, que pretende avasallarnos con su burda propaganda.
Seamos conscientes que no somos pocos, el objetivo de ellos es que así lo creamos y que creamos que estamos solos y que nuestras posibilidades de cambio sean remotas; no podemos dejarnos arrastrar por el derrotismo sabiéndonos dueños de nuestro futuro.
 Somos 6.5 Millones de ciudadanos y está en nuestros votos, la decisión de cambiar la senda gris y borreguil que nos ofrecen Fujimori y Humala, por el camino de nuestra autoafirmación como pueblo libre e independiente.

sábado, 14 de mayo de 2011

El mal menor o los demonios sueltos

Los seres humanos tenemos desde siempre el temor de que nuestros actos y pensamientos provoquen el ridículo y discriminación social. Esta actitud de auto-represión de nuestras honestas posiciones, respecto al marketing machacón utilizado en la política es muy peligrosa para el desarrollo normal de la sociedad.
Optar por el derrotismo, aunándose a la  senda de la manada gris, es optar por el camino de la resignación, frustración y desmoralización con la esperanza futura de que “un alguien”  bondadoso y comprensivo nos redima generosamente del mal elegido.
La difusión del miedo desde el inicio de la humanidad ha sido la mejor herramienta utilizada por el poder para mantener al rebaño bajo su disciplina, sumisión y fidelidad a sus espurias voluntades.
El miedo social, como herramienta de subyugación de las voluntades, se expresan desde los métodos más brutales de represión hasta las maquiavélicas que viven encubiertas en democracias incipientes.
Para ello existen métodos psicosociales que lo promueven mediante personajes que la sociedad no vincula directamente al poder, para actuar como mensajeros encubiertos del encumbramiento del grupo al que apoyan y obtener luego sus pingues réditos.
El método más sencillo es provocar en sus más cercanos simpatizantes, llamémoslo de base, la difusión de su apoyo mediante el artilugio de una supuesta objetividad e independencia, utilizando mensajes de derrotismo como “el mal menor” o el de la “resistencia al contrincante inmoral”, uniéndose en fraternal menosprecio a la opción honesta del Voto Viciado.
El Perú, tiene legalmente establecido una opción que pocas democracias contemplan, la del rechazo  colectivo ante opciones que no representan el sentir de las mayorías. La enorme campaña mediática que sufre la población peruana tiene como único objetivo el de aturdir y persuadir a éstas a que desistan del acertado rechazo frontal a ambos candidatos.
El Voto Viciado no goza del obsceno soporte económico que derrochan Fujimori y Humala, tiene el digno camino de su pronunciamiento y animación mediante el boca – oreja, o utilizando canales abiertos como internet, para mantenerse viva como resistencia al desbarranco al que nos empuja la mediocridad, ofreciéndonos ese cambio positivo que jamás han representado.
Votar Viciado no es elegir a un dirigente. Es obligar a toda la clase política a consensuar unos principios de mínimos que marquen la senda por la que todos estemos de acuerdo en transitar.
No sucumbamos al derrotismo, emitamos nuestra opinión de rechazo. El ridículo pertenece sólo a los que se resignan por el mal menor, quienes jamás serán respetados por sus elegidos y por los engatusados por el canto del falso progresismo solidario, quienes prontamente nos ofrecerán como ofrenda gratuita a vecinos líderes abyectos de socialismos inexistentes.

martes, 10 de mayo de 2011

El porqué del Voto Viciado

Después de la pasada primera vuelta electoral del pasado 10 de abril, el Perú quedó casi dividido en dos grandes grupos ampliamente conocidos:
Uno, referido al  voto disperso expresado en tres candidatos (PPK, Toledo y Castañeda), que sumó un 44% del electorado y cuyas ansias de poder les cegó totalmente del verdadero sentir del pueblo peruano.
Y los otros, representado por dos candidatos (Humala y Fujimori) que aunque tienen planteamientos divergentes en su superficie mantienen unos estilos (quizás hasta principios) subyacentes muy similares.
Podríamos decir que, por definirlos de alguna manera, los “Demócratas Liberales” (DL), lograron egoístamente dispersar la voluntad mayoritaria peruana, confundiéndonos con sus mensajes de marketing, sin plantearse como una seria alternativa de consolidación, modernización y amplia participación de nuestro re-incipiente sistema democrático; olvidándose dicho trío (asumamos que involuntariamente), que la democracia no sólo significa un voto quinquenal y punto, sino un sistema que tiene que implementarse y ampliarse a todo el aparato estatal, y más aún, de participación activa y permanente desde nuestras organizaciones locales y regionales hasta la máxima Dirección del Estado.
 Tirar de la cuerda hasta que se rompa que para cuando esto suceda ya no estaremos en el poder…”, parecían pensar frívolamente el trío DL.
Por otro lado, la posición Fujimorista podríamos decir que, por la experiencia vivida de su anterior decenio, también se nutre de alguna manera de este planteamiento, pero circunscribiéndose principalmente a un esquema de Libre Mercado y con una proactiva movilización asistencialista del estado (he aquí la diferencia fundamental), usándola como mecanismo de ilusión pasajera de las clases siempre desprotegidas y que identifican al Estado con un@s señor@s que diariamente salen en medios de comunicación a discutir temas que no implican su actividad diaria, llamados a ser partícipes activos sólo cuando las encuestas de simpatía hacia estos dirigentes desciende. Para ello no dudan en tomar medidas populistas y asistenciales cortoplacistas, para volverlos a acercar hacia su redil e incluso, si el tema se vuelve complicado, no dudan en cambiar leyes en favor de sus aparatos de poder, creando monstruos imaginarios para solventar su aprobación (desarticulación de partidos políticos, reestructuración del Poder Judicial, limitaciones en la libertad de expresión…).
Fuera de lo coincidente, en materia del marco macroeconómico entre el grupo DL  y el fujimorismo; éste último luce vivo en su ADN institucional, un concepto especial de entender la función del Estado en la sociedad, queriendo convertir a toda ella en su hacienda privada, y fomentando su perpetuidad en el poder, desfigurando las instituciones del Estado en su beneficio, tal como lo vivimos y sufrimos en la década de los 90’s, aunque ahora “dicen”, haberlo superado.
Sin embargo, el Sr. Humala logra conectar todo este sentimiento de frustración mayoritario peruano; aunque si lo evaluamos por su producción y gestión parlamentaria de los últimos cinco años, deja mucho que desear, así como su falta de franqueza y pro-actividad, en definir su claro perfil político, esperando a estos 12 últimos meses de campaña electoral para emitirnos un planteamiento de base: “ahora que vamos tan bien económicamente, ¿porqué no llega algo, de este chorro de dinero al desarrollo e inclusión a nuestro compatriotas satélites?”.
Hasta aquí parecería evidente que el Sr. Humala debería ser el candidato natural que el Perú necesita para sus próximos cinco años; el problema en sí no es éste. El problema radica en que hasta la fecha nadie sabe (excepto sus colaboradores más cercanos), el camino que este señor quiera tomar a partir del 28 de julio; porque todos sabemos que una cosa es decir y otra hacer.
 El tema es que el señor Humala es verdaderamente una “caja de pandora”, nadie (incluso el entusiasta Sr. MVLL, por muy premio Nobel que sea) podría poner la mano en el fuego y afirmar que tras esa imagen encorsetada, aprendida en sus años de cuartel, se esconda un remedo de un Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa; todos sabemos también que en sus filas del etno-cacerismo conviven, en profundo silencio, el más graneado movimiento de termocéfalos de una izquierda que además de radical, es rancia, torpe, resentida, inútil y nada pragmática, con los tiempos que corren y entorno en que vivimos.
El Sr. Humala se ha empeñado en que creamos que él representa un movimiento de izquierda moderna, como la liderada por el ex Presidente Lula Da Silva, que en su afán de borrar su pasado radical, a llegando a autodenominarse Social Demócrata (quizás porque contrató el servicio de marketing brasileño), sin embargo, sus gestos y actos nos rezuman un tufo mas bien autoritarios en la línea del dictador Chávez.
Ahora estamos ante un escenario muy delicado, en el sentido que nuevamente estamos llamados a elegir entre un par de caudillos, que no representan un aparato político o corriente social organizada, mas sí una sensación social.
Hemos de reconocer que las elecciones y voluntades populares democráticas, en cualquier sociedad del mundo, son decisiones mayoritariamente viscerales y poco racionales; y aunque las encuestas siempre perfilan mejor al candidato, en nuestro caso peruano, casi los rehace de pies a cabeza, para que una vez en el poder, se desmelenen furibundamente, provocando nuestra permanente frustración, vergüenza ajena y lo que es peor, una mayor polarización social.
Nos dicen que tenemos que elegir entre dos opciones, que aunque han obtenido el respaldo legal de las urnas y se han ceñido a lo que marcan las leyes, mayoritariamente sabemos, que tenemos dos opciones muy complicadas para un 44% de la población, es decir: la mayoría;  esto es, optar por alguna opción no deseada.
Claro, ante esto, nos preguntaríamos, “entonces, hasta que llegue el candidato adecuado ¿Qué hacemos?”.
La respuesta es sencilla pero compleja en su ejecución o quizás, más que compleja, diría valiente e ilusionante, casi un sueño posible; pero aunque parezca complicado, ¿por qué no soñar con lo mejor para nuestra sociedad, para nuestros hijos y familiares, en fin, para dejar una huella clara en nuestra historia social?, si al final es cuestión de animar a todos los que tenemos serias  dudas de ambos candidatos; ¿a optar por la tercera vía?
Voto Viciado, esto es anular ambas opciones, provocar hasta el último minuto, que lo que deseamos es un verdadero debate de principios básicos sobre los que todos los candidatos estén mínimamente de acuerdo; comprometiéndose mediante documento público y firmado (una especie del antiguo Pacto de la Moncloa de 1977 en España) a cumplir puntos tan elementales como:
·         Respetar el sistema establecido, en lo referido a la actual Constitución y sus Códigos.
·         Promover y modernizar el sistema democrático en todos sus niveles; redactar una moderna ley de partidos democráticos, que estén obligados a tener una participación activa, permanente y abierta en la sociedad; y con cuentas públicas y transparentes de financiación.
·         Exponer en las páginas Oficiales del Estado, utilizando canales vivos, como internet; los presupuestos, coste y evolución de las obras acometidas por todos los gobiernos locales, regionales y nacionales; así como un plan urgente de modernización y popularización de las TIC (tecnológica de la información y comunicación).
·         Legislar sobre una alta profesionalización técnica, de las estructuras superiores ministeriales, para que sean un verdadero y serio soporte despolitizado de la gestión política y económica para un Estado Moderno.
Votar Viciado no significa estar contra todo y contra todos, esta vez es hacernos escuchar; por suerte tenemos una pequeña ventana legal, por donde podemos expresar nuestra preocupación y nuestra honesta inquietud; todos los políticos saben exactamente lo que significaría un alto porcentaje de votos viciados, no sólo podríamos anular estas elecciones (se podría dar el caso), pero sobre todo que se sepa que puede existir no menos de un 30% de la población, que no se sientan representados, no sólo por el que salga elegido, sino por todo el establishment circunstancial, que ocuparían los puestos de responsabilidad alrededor de estos candidatos que pueden ser, si no lo son ya, unos simples mascarones de proa.
Un alto porcentaje de Votos Viciados, para cualquier político, es peor que cualquier revuelta callejera, huelga nacional o descenso en las encuestas; es saberse que es un líder dudoso, con poca representatividad y que si no busca, provoca o anima a un amplio y serio consenso nacional, su futuro y lo peor de todo, el futuro de nuestro país, por lo tanto será llegar, más pronto que tarde, a una eclosión social sino es a una guerra civil; razones y caldo de cultivo, existen.
Ante ello, solo pueden estar satisfechos los militantes (que aún existen y muchos) de movimientos radicales, porque verán en estos acontecimiento catastróficos el encendido de la mecha, de los principios marxistas y de un supuesto “nuevo amanecer” de seres desgarrados y mutilados, por el odio y la violencia.